martes, 7 de agosto de 2012

Un cumpleaños más


Cuando descendí del bus, luego de haber viajado por más de treinta horas, sentí un frío intenso. Eran las cinco de las mañana de un miércoles cinco de agosto. El único recibimiento que tuve fue el invierno santiaguino.

Luego tomé un taxi con dirección al hostal que había reservado antes de viajar. El conductor de inmediato supo que era extranjero, quizás por el acento de mi voz, pensé yo; lo cual no me pareció raro, hasta que pagué una fortuna por la carrera del taxi (meses después comprobé que el hostal estaba cerca y que caminando me salía “a cuenta”).

Han pasado tres años desde aquel entonces. Ahora, cada vez que viajo si bien aún nadie me recibe al menos alguien me despide; ya no tomo taxi, ahora uso bicicleta; el invierno santiaguino ya no lo veo tan cruel, quizás ello sea por aquella lluvia que limpia el cielo y me regala una hermosa vista de la Cordillera de los Andes bañada de nieve. Ya no tomó mucha cerveza ni bailo salsa, pero puedo pasarme toda la noche conversando con una, dos, tres… botellas de vino; ya no hay almuerzo listo a mi llegada del trabajo, ahora yo lo preparo de manera religiosa tres veces a la semana porque es mi técnica de yoga; ya no voy a la “tienda” de la vieja de la esquina, ahora voy al supermercado y ahí me encuentro y converso con mis vecinos sobre fútbol, cocina, farándula.

Todo esto podría parecer imaginación mía, pero es parte de la realidad de mi vida como “santiaguino”. No la odio, pero tampoco la disfruto las veinticuatro horas del día. Hay de todo, hasta para escribir estas líneas sobre mi experiencia en estos tres años en el gran Santiago. 



2 comentarios:

hipoceronte dijo...

Buena Alex. Un santiaguino más. Debemos juntarnos más seguido. Espero estés acá pa' las fondas.

Alex Choquemamani dijo...

Hola Lucho:

Claro que sí, estaré para las fondas, desde ya ando practicando mis pasos para bailar cueca.

Un abrazo.

Alex

pd.- cualquier actividad que realicen PACHILUCHO, me avisas