Hoy Mario Vargas Llosa está otra vez en el gran Santiago. Cada vez que viene trato de estar presente para escucharlo hablar de literatura, política, historia, y sobre todo de sus recuerdos del Perú. Pero en esta oportunidad el motivo principal de su visita fue el homenaje que organizó el Centro de Estudios Públicos de Santiago al escritor chileno Jorge Edwards por sus 80 años de vida. Por tanto la tarde de hoy estuvo llena de anécdotas, experiencias, ocurrencias, relacionadas a la vida y obra de Jorge Edwards.
Se habló de pintura y literatura; el ensayo y la crónica; museos y conciertos; Europa y América, y otros tantos temas que me es difícil describirlos todos estos aquí. Sin embargo, me quedo con un dato que me llamo mucho la atención. La abuela de Vargas Llosa (Mamae), nació en Tacna, era muy aficionada a la pintura, y tuvo como maestro a Modesto Molina. Este pequeño dato, me hizo sentir –una vez más- un profundo cariño y privilegio de haber nacido en Tacna.
Por primera vez en mi vida tuve la oportunidad de hacerle una pregunta en público a Vargas Llosa –que también fue dirigida a Jorge Edwards. Pero antes de formularla, me vi en la imperiosa necesidad de traer a colación algo relacionado a la Guerra del Pacífico, que consiste en una declaración abierta sobre este trágico hecho para la historia de América Latina, en donde Mario y Jorge y otros intelectuales de Chile y perú manifiestaron su rechazo a ese falso patriotismo que se estaba dando en junio de 1979, con motivo de los 100 años de la Guerra del Pacífico. En resumidas cuentas, estos intelectuales (escritores, artistas, abogados, docentes, etc.) tuvieron el valor y el coraje de denunciar ese chauvinismo que acabo de mencionar, e invocaron la unidad entre Perú y Chile para derrotar a los principales enemigos de una sociedad: el subdesarrollo, la demagogia y el autoritarismo. Obviamente las repercusiones de esta declaración no fueron dulces, sino más bien hubieron rencores propio de mentes ancladas en el pasado y el resentimiento.
A continuación reproduzco de forma integra dicho documento que fue publicado en el libro “Contra viento y marea (1962-1982)”, de Vargas Llosa.
Declaración sobre la guerra del pacífico
Hace cien años tuvo lugar entre nuestros países una guerra que causo terribles daños materiales y morales a nuestros pueblos y los empobreció y ensangrentó por razones que muchas veces desconocían o apenas podían entender las humildes poblaciones que fueron víctimas de las batallas y de las violencias y horrores que entraña toda contienda bélica.
Nosotros, intelectuales, artistas y científicos peruanos y chilenos queremos conmemorar este centenario proclamando, ante nuestros respectivos países y ante el mundo, nuestra voluntad de obrar decididamente para que Chile, Perú y todos los pueblos de América vivan siempre en paz y amistad y nunca vuelva a surgir entre nosotros una guerra, en la que no habría vencedores ni vencidos, sino, de ambos lados, una auténtica hecatombe y un mismo retraso en la guerra verdaderamente importante que deben de ganar nuestros pueblos contra el hambre, la ignorancia, la desocupación, la falta de democracia y de libertad. Esta guerra sólo podemos ganarla unidos, luchando solidariamente contra quienes pretenden enemistarnos y obstaculizar nuestro progreso. Los países desarrollados del mundo han olvidado guerras y conflictos mucho más recientes, derrotas humillantes y sangrientas victorias, y han demostrado que pueden fundar una solidaridad concreta, reconstruirse después de una contienda ruinosa y avanzar en común.
No queremos que se reabran viejas heridas o se aticen enconos que conducen a emplear en armamentos recursos que necesitan con urgencia la educación, la salud, la economía y el trabajo y a poner dificultades al retorno a la vida constitucional y democrática que anhelan peruanos y chilenos, por igual, para nuestros países y para toda América Latina.
Hacemos una invocación para que el centenario de este episodio doloroso sirva para robustecer nuestra voluntad de ver desterrados para siempre el odio y la violencia de América Latina. El conocimiento del pasado debe servirnos para impedir que se repita.
Mario Vargas Llosa, escritor.
Mario Alzamora Valdez, jurista.
Fernando de Szyszlo, pintor.
Carlos Monge Casinelli, médico.
Felipe Ortiz de Zevallos, economista.
Harold Griffiths Escardó, sacerdote.
José Miguel Oviedo, profesor y crítico.
Blanca varela, poetisa.
Carlos Rodríguez Saavedra, crítico de arte.
Francisco Miro Quesada, filósofo.
José A. Encinas del Pando, consultor en economía internacional.
Frederick Cooper Llosa, arquitecto.
Lima, junio 1979
Jorge Edwards, escritor.
Nicanor Parra, poeta, matemático.
Luis Sánchez Latorre, escritor, presidente de la sociedad de escritores de Chile.
Roque Esteban Scarpa, escritor.
Beltrán Villegas M., sacerdote.
Edgardo Boeninger K., economista, ex rector Universidad de Chile.
Juan Gomez Millas, filósofo, ex rector Universidad de Chile.
Jaime Castillo V., filósofo y abogado.
Jorge Millas, filósofo, decano de la Universidad Austral.
Joaquín Luco, médico, premio nacional de ciencias.
Igor Saavedra, físico.
Santiago, Junio 1979
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