miércoles, 20 de julio de 2011
Recordando a Baudelaire y Benjamin
De la misma forma que el artista disfruta su actividad a partir del ocio, el flaneur, en la elección de su propio camino, debe ser autónomo. Su libertad no puede estar confinada a exigencias extrañas a su arte. Entretanto, como la literatura se ve amenazada por la proliferación de la prensa, la pintura, por la producción industrial de la fotografía, el flaneur encuentra su lado oscuro en el mundo de la fábrica.
Miguel Ortiz, Modernidad y crisis. Benjamin y Paris. Editorial Norma, pág. 122
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