Aquel dia cuando llegué a la fiesta, ésta ya había empezado. Y, como en toda fiesta, llega un momento en que a uno le da la impresión que todos hablan con todos. En esta ocasión, fácilmente, se mezclaba, el inglés con el español. Algunos gringos hablando español, algunos chilenos hablando inglés. No obstante la diferencia idiomática, más de uno se las ingenió para comunicarse, o mejor dicho, para hacerse entender con la otra persona (incluso apelando a recursos efectivos como el conquistar a la otra persona).
Recuerdo que ese día sonó tres canciones de The Doors: el encendido Light my fire; la casi psicodélica LA woman; y Riders on the storm.
En mis más de treinta años debo decir que no conozco mucho sobre Jim Morrison y menos se sobre los demás integrantes de aquella banda, tanto es así que por un momento pensé que ellos eran de Inglaterra. Ignorancia, hoy, superada. The Doors es de los Estados Unidos. Luego, y esto es una curiosidad de parte mía, encontré otras cosas mas: Jim además de hacer música escribió poesía; murió muy joven (la mayoría dice por una sobre dosis); fue un lector de Jack Kerouac, poeta beat, fue el primero quien empleo la palabra beat para hacer una referencia a un cambio en la literatura norteamericana, o al cambio que él junto a otros escritores (entre ellos, Allen Ginsberg) estaban realizando a la literatura.
Más temprano que tarde, On the Road de Kerouac llegó a mis manos. El libro lo encontré a tres cuadras de mi casa. El libro no lo estoy leyendo en el idioma original (inglés) sino en una traducción al español de la editorial Anagrama. El traductor, Martín Lendínez, no obstante de adaptarlo a un español madrileño o al español que uno escucha en TVE, logra captar casi todas las emociones del libro, porque desde las primeras páginas uno ya es capturado por la prosa de Kerouac. Es más, uno, no necesita hacer mucho esfuerzo para seguir o captar las imágenes que el autor va desarrollando o mencionando. Hago esta referencia porque el mismo Kerouac cuando publico por primera vez esta novela (1957), era dificil de entender para los mismo lectores de habla inglesa.
En las primeras paginas de On the Road encontramos lo siguiente: “Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente nunca bosteza no habla de lugares comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas y entonces se ve estallar una luz y todo el mundo suelta un <
Cuando vuelvo a escuchar LA Woman es casi como tener la misma sensación de estar leyendo On the Road, y quizás esto sea algo nuevo que voy descubriendo de The Doors.
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