Cuando a Michel Foucault le
preguntan: “¿qué es un libro?”. Él responde: “Una caja de herramientas”. Si.
Una caja de herramientas para que cada quien lo use como mejor le plazca o lo
adecue a sus intereses.
Sin embargo, el hecho que un
libro sea una caja de herramientas significa muchas cosas. Una de ellas está
referida a que no hay que idolatrar a los libros. Hay que disolver aquel
respeto cuasi-reverencial a eso que llamamos libro. Otro significado,
y el que me gustaría destacar, es el referido al libro como herramienta del lector (sea este, estudiante, escritor u otro).
De lo anterior el libro
herramienta deja de ser un fin en sí mismo y se convierte en un medio. Ahora, como herramienta, uno lo utiliza para fabricar -digámoslo de esta manera- un artefacto cultural (un libro, un ensayo, un artículo, etc-). O para decirlo de manera radical, y citando al mismo Foucault, hay que ver a los
libros como una bomba molotov que ayude a derribar obstáculos para que uno siga avanzando en su camino.
Podríamos agregar un tercer
sentido al libro-herramienta, y es el referido a que al ser el libro una caja de
herramientas implica significa que su uso adecuado dependerá mucho de la experticia del
lector. Es decir, las bondades del libro-herramienta serán bien
aprovechadas siempre y cuando el lector sepa utilizarlo con sus propias manos. Con esto no quiero decir que hay libros sólo para una determinada casta.
No. Lo que trato de decir es que hay herramientas (libros) que los utilizamos de inmediato y, también, hay
otras herramientas que requieren paciencia para poder usarlos como herramientas (creo que aquí los manuales pueden ser inútiles).
El libro Apuntes autistas de
Alberto Fuguet, publicado el año 2007, es perfectamente una caja de
herramientas para uso inmediato. Las herramientas que ofrece Fuguet no es para un
público erudito o un público especializado en literatura, sino más bien para un
público que recién comienza a recorrer los precipitados senderos de la
escritura; que está interesado en el “detrás de cámaras” de la escritura. Esto no hace menor al libro, sino más bien todo
lo contrario, hace justicia al título que lleva el libro (Apuntes...).
Apuntes autistas puede ser visto de
diferentes maneras. Para mí se acerca más un hermoso collage de
ideas, entrevistas, crónicas, historias, relatos, testimonios, etcétera. En
donde abundan muchos datos valiosos, sobre todo, los referidos al tema de la iniciación de la escritura.
Desfilan en el libro muchos
autores latinoamericanos y norteamericanos. Así como también directores de cine y guionistas. La combinación de esos dos mundos, cine y
literatura, está bien hecha, gracias a la pluma de Alberto Fuguet.
Por último, este
libro-herramienta, también puede devenir en un libro-mapa. Lo digo porque de
principio a fin son muchas las ciudades que Fuguet menciona, principalmente,
Santiago, Nueva York, California, Austin. La relación no es casual, sino más
bien coincidencia, ya que el autor vivió en California y Santiago (actualmente radica en esta ciudad). Entonces, el lector podrá recorrer algunas calles o avenidas de ésas ciudad, o librerías o salas de cine, con un guía de lujo.
2 comentarios:
Tu perspectiva muy buena, mi querido amigo te has convertido en un domador de ideas de estos grandes para que hacerlo mas agradable a estos comensales de la lectura.
Alejandro Ramos
Hola Alejandro:
Después de haber utilizado -y malogrado- muchas cajas de herramientas, pues hemos ido aprendiendo poco a poco a "domar" a los felinos que se nos cruzaban.
Un gran abrazo y saludos a toda la linda gente de Tacna.
Publicar un comentario