Me encuentro en el comedor universitario. Veo platos volar, veo vasos nadar.
Estos días me he sentido, anímicamente, con altos y bajos. (Los altos han sido pocos). Las preocupaciones del bolsillo quieren absorber mi tranquilidad. Pero no todo es preocupación, también hay espacios o chispazos de alegría, por ejemplo, cuando disfruto de leer un cuento, cuando tengo una amena conversación, o cuando me encanto con un paisaje del gran Santiago (Parque Forestal), etc.
Cada vez me convenzo más que tengo que sacar fuerzas para sostenerme, para atravesar esta nube oscura que hace creer a uno que es eterna, y que cada cierto tiempo me visita. Sí, tengo que sacar más fuerzas o, mejor dicho, tengo que dejar fluir las que aún tengo.
Comedor universitario de la UDP , 09 de marzo del 2011
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