miércoles, 23 de diciembre de 2009

Ya llegó la navidad...



Desde muy pequeño una de las cosas que esperaba con muchas ansias –aparte del recreo de la escuela- era la Navidad. El saber que en ésa noche iba a ser algo muy especial por muchas razones, entre ellas, los regalos y los fuegos artificiales.
Pero a medida que van pasando los años uno deja de darle importancia a los juguetes, ahora prefiere cosas más útiles: una bicicleta, ropa, libros, etc., etc (sinceramente no recuerdo cuando pasé por ese cambio, sólo tengo recuerdo del último juguete: un patrullero).
Estos últimos años note que lo más hermoso de la Navidad era compartir un momento especial con mi familia, claro esta, que en medio de ello estan las sorpresas, los regalos, los abrazos, el chocolate, el panetón, la quema de fuegos artificiales (a veces algunos miembros de la familia confundían navidad con año nuevo). Está también el lado religioso, el nacimiento de Jesús, la misa de media noche, que hace varios años deje de ir.
Hay que mencionar también a los amigos y las amigas, tanto cercanos o lejanos, quienes se toman un tiempo para alzar el teléfono para saludarte o escribirte una tarjeta navideña, la que luego será colgada en el árbol navideño.
Para mi esta Navidad será distinta, me encuentro lejos de casa, a muchos kilometros, con ganas inmensas de ver a mi familia, pero por diversos motivos decidí quedarme en donde actualmente estoy viviendo (Santiago). Confieso que estos días me ha invadido la nostalgia, sin embargo, la he aceptado y la he dejado que me visite. Esto último me ayuda a saber lo valioso que es tener una familia y, por otro lado, me da la esperanza de verla pronto.
Si la Navidad entre sus muchos significados es compartir, pues aquí compartí una experiencia contigo.

Un beso y un abrazo para toda mi familia y para todos mis amigos/as del Perú y del mundo!

jueves, 10 de diciembre de 2009

EL (NO) VOTO DE LOS PRESOS

Dentro de pocos días se llevará a cabo uno de los acontecimientos democráticos más importantes para Chile: la elección de un Presidente de la Republica y Parlamentarios, que conducirán los destinos de este país por un periodo de cuatro años.

La fiebre electoral está presente en los diferentes espacios públicos y medios de comunicación; sin embargo, hay aspectos que no se han discutido ni se les ha prestado la mínima importancia. Y uno de ellos es el ejercicio al derecho al voto para las personas privadas de libertad que están con la condición de detenidos sin sentencia.

En las cárceles chilenas (sean estas administradas por el Estado o concesionadas) no todos los privados de libertad tienen una sentencia condenatoria. Por ejemplo, las personas privadas de libertad con sentencia bordea el 60 %, frente a un 40 % que no la tiene. Según la legislación, las personas condenadas a prisión pierden la calidad de ciudadanos, eso quiere decir que no podrán ejercer su derecho al voto estas elecciones. Pero, situación distinta es la de aquellas personas que se encuentran en prisión en mérito a una “medida preventiva” mientras dure su proceso penal. Éste último grupo goza del derecho de presunción de la inocencia, eso quiere decir que, si no se les permite ejercer su derecho al voto –prácticamente- se les estuviera imponiendo una condena de manera anticipada.

El Servicio Electoral, hasta el momento, no ha comunicado nada respecto al ejercicio del derecho al voto en las cárceles para los detenidos sin condena (por ejemplo, habilitar mesas especiales en las unidades penitenciarias), los candidatos menos. Éstos últimos definitivamente han descuidado este sector de la socidad civil, dedicándose únicamente a discutir temas relacionados a la llamada “la puerta giratoria”.

De lo dicho hasta aquí cabe hacerce la siguiente pregunta: ¿cuál es la importancia del derecho al voto para las personas privadas de libertad? Destacamos dos razones fundamentales: la primera está relacionada al derecho a la igualdad y no discriminación entre personas libres y personas privadas de libertad. Toda diferenciación tiene que estar debidamente justificada y, en el presente caso, no hay un fundamento jurídico para prohibir el derecho al voto a las personas privadas de libertad, salvo la lógica absurda de castigar por castigar. La segunda razón consiste en la importancia de las demandas que podrían hacer las personas privadas de libertad (según Gendarmería, apróx. 42.000) hacia los candidatos, y viceversa, las propuestas que podrían hacer los candidatos hacia las personas privadas de libertad (por ejemplo, mejorar las infrahumanas condiciones carcelarias en las que viven).

Algunos países han corregido esta medida arbitraria (privar el derecho al voto a las personas privadas de libertad). En Europa destacan España y Francia. En Sudamérica, Argentina. En el año 2002 la Corte Suprema de Justicia de ése país dictó una sentencia emblemática en donde señaló: “reconocer un derecho (voto) y a la vez negarle un remedio apropiado, equivale a desconocerlo”.

Si queremos una sociedad democráctica y respetuosa de los derechos fundamentales, deberíamos de comenzar a trabajar por aquellos lugares donde son más susceptibles de ser vulnerados, como la cárcel.

martes, 8 de diciembre de 2009

25 NOV. LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER



Son las 7 de la tarde y me dirijo a "La casa en el aire", ahí se realizará una actividad en donde habrá música, monólogos, charlas, todos con un solo motivo: discutir la violencia contra la mujer.

Ingreso al lugar, es un video pub, y éso me llama profundamente la atención. Yo imaginaba que la actividad iba a ser en un recinto más formal, de índole académico. Pero no, es un pub, y la idea me gusta, me parece una actitud original y creativa por parte de los organizadores (Amnistía Internacional).

Luego de escuchar algunas canciones de Jorge Drexler, Sui Géneris, entre otros, interpretadas por Nicolas Valenzuela, sube al estrado la actriz Katty Kowalezcko a realizar un monólogo en donde el tema es la agresión sexual contra las mujeres. El tema se desarrolla en una mezcla de realidad y ficción, lo cual nos permite acercarnos al problema. Son muchas las emociones que siente el público, desde la risa hasta la indignación y la repugnancia.

Luego vendría un conversatorio en donde los temas que se disparan son: machismo, feminicidio, violencia doméstica, desigualdad, discriminación, violencia de género, prohibición del aborto, etc., etc.

Durante el conversatorio salieron muchas ideas interesantes, algunas polémicas (como el caso de la violencia a la mujer por mujeres), otras ya pertenecen al debate público, como el feminicidio. Pero todas siguen siendo ideas, y a lo mucho casos, lo cual no deja de ser importante. Pero ¿cuántos de los asistente no dijeron nada acerca de su participación como "sujetos activos" en un caso de violencia contra la mujer? O, ¿cuántos no dijeron nada de su participación como "espectadores" ante un caso de violencia contra la mujer? Sobre esta última pregunta, sólo uno levanto la mano y relato un caso de violencia contra una de sus amigas, en donde tuvo que intervenir, así ello le costará ganarse la enemistad de su amigo.

Se me viene a la mente un caso similar a la violencia contra la mujer, el de la discriminación. No hay menor duda que existe un consenso en contra de ésta práctica (discriminación). Pero cuantos hemos sido los sujetos activos de una discriminación o cuántos la hemos tolerado.
Creo que al discutir un tema de Derechos Humanos, deberíamos partir haciéndonos una autocrítica, la cual no es sinónimo de una "confesión de culpas", sino de re-conocer un error, una actitud equivocada, lo cual no tiene nada de malo, ya que confirma nuestra condición humana (lo malo sería que después de reconocer ése error la persona siga persistiendo en el mismo).

Yasmín, una de las organizadoras de la actividad, nos relató que un día particular, en pleno Paseo Ahumada (éste lugar se caracteriza por la gran afluencia de personas y que está en pleno corazon de Santiago), hicieron una pelea "simulada" o "montada" de una pareja de pololos (enamorados). La pelea estaba llegando a límites en donde el enamorado iba a agredir físicamente a su enamorada. Y la gente que transitaba por ahí, no decía nada, "no se metía en la pelea de los enamorados", a lo mucho se acercaba a curiosear, sólo una persona de unos 60 años se acerco al muchacho y le dijo: "Jóven no trate así a la dama, ella merece respeto". Ojalá todos tuvieramos esa misma valentía de aquel viejo, para que las cosas cambien.

Torero, ateo, republicano y gay

Por Diego García-Sayán


La declaración que se le atribuye al matador de toros José Tomás de que es “ateo, republicano y gay” ha sido chocante para muchos. Porque se ubica en las antípodas del estereotipo que se tiene de los matadores de toros.
Usualmente artillados con escapularios dentro de la chaquetilla (de cuyas hombreras cuelgan unos adornos llamados “machos”), reverentes ante imágenes sacras y persignándose al pisar el ruedo, el estereotipo del torero es la encarnación de la religiosidad. Ideológicamente, lo es que los toreros españoles han tirado más hacia lo monárquico y, en su momento, al franquismo. Y algo había. Sobre los escombros de la guerra civil, el “caudillo” homenajeaba en 1940 a Himmler, fundador de la Gestapo, con una corrida de toros en Madrid. Acaso no nazis, pero republicanos los toreros, ni por asomo.
¿La “opción sexual diferente” y la tauromaquia? Cortocircuito. Adornado el traje de luces con “machos”, lo de un matador gay rompe el resto de estereotipos. De una profesión de la que hasta hace pocas décadas estaban excluidas las mujeres. Conchita Cintrón tuvo que montarse sobre un caballo como rejoneadora.
Desconozco si la declaración que se le atribuye a José Tomás es exacta o no. Pero se aparta, sin duda, de los rasgos simplificados, distorsionados o exagerados de un estereotipo. Que muchos encierran una muy pesada carga de prejuicios, usualmente de género o raciales. Así como Tomás rompe con un estereotipo, en su terreno también ha sido y es – guardando distancias–la imagen de Obama.
No porque el presidente de EEUU sea ateo, republicano o gay, pues se sabe que es creyente, Demócrata y, todo indica, heterosexual. Sino porque no encaja con el estereotipo (prejuiciado) que del “negro” existe en amplios sectores de la población blanca media. Pues este abogado de Harvard nacido en Hawai –hijo de kenyano y de una antropóloga blanca de Kansas – y de habla inglesa muy propia, no era “negro” pues no encajaba con el estereotipo. Al votar por él, pues, no lo hacían por un “negro”.
Por estas tierras y en otras rutas algunos estereotipos también se remecen. Desde el caso de un rector, que debía evocar excelencia académica y profesionalismo, construyendo imágenes que se condensan en el tráfico de influencias. Hasta el caso de un alto jerarca de la iglesia, que en el estereotipo debía corresponder a un espíritu de concordia y de protección de los DDHH, encarnando, más bien, intolerancia, empatía por el poder y repulsa a esos derechos. Estereotipo y realidad no suelen ir de la mano.

Publicado en La Republica (Perú): 03-12-2009